¿A qué huelen los juguetes de la infancia?
Alegría, natilla, buñuelos y plástico. Llegó diciembre, llegó el fin. La consigna –por lo menos la propia- es solo una: es el mes más bonito del año porque llegan muchas, pero muchas, cosas: mercancías. Pero detrás de todo hay filosofía y deben dividirse aquellas en dos. Unas tienen vocación de basura, mientras que otras aspiran a la inmortalidad y esta segunda aspiración llega por dos vías; de primera está la de la ternura del recuerdo y de segunda está la posición que ocupa en las estanterías de un coleccionista. Esta cuestión se entiende mejor cuando caminamos por el centro de cualquiera de las ciudades de Colombia –regla que quizá se aplique a toda América Latina- para ver muchísimas chucherías, adornos desechables de navidad, objetos que fueron creados para llenar nuestros hogares de vida pero que casi no tienen vida útil.
¿Qué hay del otro lado?, un testimonio sobre la inmigración
Soy hija de inmigrantes. Y digo inmigrantes porque mis padres tuvieron que emigrar de su propio país.
Sola y con 1300 dólares, que no me podía gastar, pues no eran míos. Llamé a mi madre desde una cabina telefónica para contarle lo que me estaba pasando y ella me dio muchos ánimos en que tenía que perseguir mis sueños y salir adelante. A los días ya me quería devolver, no tenía dónde quedarme y la barrera del idioma me tenía impotente. Estaba confrontada a mí misma, durmiendo en el metro de París, y en iglesias. Recuerdo que mi primera vez fue en el metro Pernety línea 13, con mucho miedo entraba y esperaba que se cerraran las puertas del metro. El miedo no me dejaba dormir, solo quería buscar un poco de calor ya que hacía mucho frío.
Nombrarlo todo de nuevo
Hace unas semanas vi en Science Focus de la BBC que acababan de “descubrir” una nueva “forma”, ¿una nueva forma?, ¿acaso era posible?; dentro del universo geométrico de los cuadrados, los círculos y todo aquello que conocimos y nos hicieron repetir, dibujar y nombrar hasta el cansancio cuando éramos niñas, todo lo que cabía en cajones plásticos, un círculo rojo, un triángulo azul o naranja. Ponerlos juntos, separarlos, armar figuras con ellos: todo eso era el marco del mundo.
Dibujar
A mí me parece fácil, pero por brujo, porque nací así, con algo metido entre las manos y los ojos. Para otros es difícil, aunque la verdad el asunto no es ni de perspectiva porque dibujar no tiene nada que ver con dibujar bien. Son dos cosas difícilmente emparentables. Con decirles que antes, en otra vida y a pocos meses de terminar con esta nueva, cuando era profesor, me gustaba pedirles a mis estudiantes que dibujaran. Les entregaba una hoja y no sabían qué hacer en ella. Nada, pero nada en esta vida, me ha llegado a parecer más extraño que la indecisión a la hora de invitar a alguien a garabatear. ¿Se requiere bizarría para dibujar, para expresar algo?
Angie y los reflectores de un bosque parisino
Angie vive en la ciudad luz, la capital de la moda y, para mí, la más bonita
del mundo. La primera vez que la vi fue hace dos años y medio,
acompañé a C. a cobrar el arriendo del departamento donde vive Angie
para después entregárselo a la dueña -C. lo cobra cada mes.
lll – Serie gastronómica
Ofrendas para el comienzo del mundo
Cuando el conquistador Hernán Cortés llegó por primera vez a Tenochtitlan, México, fue recibido con una de las mayores muestras de hospitalidad del pueblo, una muestra que casi lo mata. Le dio la bienvenida la cabeza del estado Azteca, Moctezuma, con una bebida mítica para ocasiones especiales: el chocolate batido en agua y condimentado con chiles, un incendio en el paladar del español que recién empezaba a conocer esas tierras.
por Sara Zuluaga
SUEÑOS: Guía para explotar el capital espiritual
A que Usted no sabía que estuvo soñando mal toda su vida. A que no. Igual, si no puede hacerlo bien es algo de lo más normal. Soñar es algo que ocurre tal y como pasan todas las cosas buenas de la vida: sin razón. Sin embargo, ni importa saber o no saber, sino que se trata de cómo explotar los sueños porque son capital espiritual. Así, este texto se propone mostrar –desde una perspectiva muy personal- cómo utilizar los sueños para tomar decisiones; se aclara que soñar es un proceso racionalizable, pero, a fin de cuentas, i-rra-cio-nal (¿a que tampoco sabían que así se organizaban las sílabas de esta palabra? A que no, a que tampoco).
Sostenerse en pareja
Esta semana es el cumpleaños de Julisa, una mujer que vive en León, Guanajuato, y que acompaña a su esposo en el trabajo de peluquería a domicilio. Esta vez quiso compartir su historia aquí; la historia de todos, sabemos, es mucho más amplia y compleja, pero se compone de momentos pico que son sacudones en muchos sentidos. A continuación, una parte de Julisa, una de las caras de la enfermedad y también una de las caras del amor.
Río claro río blanco
No recuerdo con detalles la primera vez que tomé leche recién ordeñada de
una vaca, seguro lo invento cuando digo que fue en alguna visita a una
finca con mi familia. Las vacas eran más de tres y pastaban sobre una capa
verde limón, brillaban con el sol quindiano que en ese entonces golpeaba
mucho menos que ahora, según las noticias. Grandes y pesadas como
aparatos imposibles, las vacas seguían en lo suyo mientras nosotras, niñas
mirando todo por primera vez, nos quedábamos quietas frente al potrero.
Imposible saber qué pensábamos. Imposible saber qué pensaban las vacas
en su rutina interrumpida.
Cómo volverse un brujo – Parte Tres
Apotropaico. Esta voz que resume la esencia de la magia, resume también el deseo que hay detrás de la brujería o de sus contras. La palabra, no sé qué significa, busquen, pero sus efectos prácticos nos remiten a lo que queremos cuando pedimos ayuda del más allá: protección del mal, refugio, que el peligro tome distancia o regrese a su morada tras ser tocado por la flecha de Artemis. Es algo así como el poema que mi hermano hizo cuando era niño, y que dice: “Toda la gente quiere más salud y comida [.T]an les gustaría que poco los rechazaran (…)”. La brujería sirve para eso, no sé lo de la comida, pero sirve para eso. Y bueno, con el Tarot nos pasa igual. Buscamos la sabiduría de los Arcanos porque tienen algo que no entendemos, que tememos, pero este temor no es tan fuerte como la curiosidad ante la necesidad de conseguir un monstruo que nos proteja (ver Parte Dos). En otras palabras, es la mano que concede deseos terribles –referencia a Jacobs’ Monkey Paw.
Habitar la violencia en sus formas cambiantes
Él la había visto mucho antes de ella conocerlo. Todos los domingos por la
mañana se subían en el mismo autobús, S. iba a su trabajo y Ana Laura a misa
con su madre.
Ella solía jugar retas de fútbol con sus amigos en frente de su casa. Una tarde,
después del juego su amigo, que en realidad era su pretendiente, le pidió agua.
Sin percatarse, S. se les acercó y por medio de su pretendiente, que era un
amigo en común, se le presentó a Ana Laura. S. le preguntó si podría salir a
platicar en las tardes noches, después de terminar su jornada laboral.
Árboles que nacieron en todas partes
El único árbol que había en mi barrio era el de limones que estaba
sembrado en el patio de mi casa. Mentira; el barrio estaba lleno de
árboles y no estaba precisamente en mi casa sino en la de mi abuela M.
Era tan pequeña y el árbol tan grande y ahí puesto casi pidiéndome que
lo escalara, que parecía el único, el primer árbol que vi crecer y morir
también, y por el que supe de la finitud de las cosas.
Cómo volverse un brujo – Parte Dos
A los monstruos se les debe mostrar y punto. Etimología. Por eso se llaman así: monstruos, porque se “monstran”, porque se muestran. Arcanos, hablemos de los arcanos. Como a cualquier niño normal, a mí me encantaba el ocultismo; en reuniones familiares, los adultos hablaban de espantos o magia negra –que a fulano lo rezaron y que no sé qué- y yo, con mis mejillas rosadas y mi carita angelical, no sonreía, aunque internamente el sentimiento era más bien un júbilo oscuro que aún recuerdo, el aleteo de millones de polillas tapando la luz del Sol. Lindi.
Autismo : Lo único que me mantuvo fuerte fue el amor por mis hijos.
Cuando tenía 3 años las dudas ya no eran dudas. Las preguntas iban a tener sus respuestas. En la escuela y en casa habían miradas furtivas, rabietas diarias, falta de lenguaje, y no participada en nada. No era sociable, no le interesaba lo que su profesora le ofrecía. Lloraba, preguntaba por su madre, gritaba, mordía y sufría. Su profesora y la directora nos aconsejaron acudir al servicio de protección maternoinfantil.
Cómo volverse un brujo –Parte Uno
A mi vida llegó Mariana Enríquez, digamos, en el momento que más lo necesitaba y, obvio, por accidente. En la cuenta de youtube de la Fundación Juan March de Palma –se las recomiendo- postearon una entrevista nueva, una de esas que no acostumbro a ver porque prefiero las charlas más académicas. Era una tarde cualquiera de finales del 2023 y yo tenía la cabeza puesta en ir a visitar a mi papá que se había enfermado gravemente.
Érase una FIV: En la travesía de la vida, la FIV fue nuestro faro de esperanza.
Me considero afortunada de haber podido ser parte de ese pequeño porcentaje de individuos que pueden permitirse pagar una FIV, y más afortunada aún de haber logrado llegar hasta la última y más difícil etapa del tratamiento.
Epilepsia: vivir con ella
La epilepsia es una enfermedad crónica caracterizada por la aparición de convulsiones repetitivas e impredecibles, las cuales reflejan una interrupción repentina y transitoria de la actividad eléctrica del cerebro, Lisa-Maria, nos brinda su testimonio.
Ellos Hablan
Endometriosis: la meditación y la naturaleza me salvaron
La endometriosis es una enfermedad crónica, afecta aproximadamente a 190 millones de mujeres en edad reproductiva en el mundo. Por la ocasión del mes de prevención e información sobre la endometriosis, Yessica, 28 años, nos brinda su testimonio.